22.10.08

Sonríe, estás en escena.

La sala está decorada con un par de cuadros modernos. Estamos en un noveno, es mediodía y las amplias ventanas dejan ver buena parte de la ciudad: edificio, edificio, edificio, pero con encanto. Hace un día espléndido. Supongo que con esto y con los trayectos en taxi puedo darme por satisfecho, nuestro vuelo sale en tres horas.

"Es el mejor", oigo murmurar a Julio.

Se refiere a Paco, que le está cantando las cuarenta al jefe de informáticos de una empresa subcontratada porque las mejoras del software previstas para hoy no van a estar para hoy. La reunión ha llegado a ese punto en el que ha quedado claro que las cosas no han ido como se esperaba, y alguien tiene que cargar con la culpa. Paco disfruta estos momentos, son parte de su trabajo: es jefe. Más jefe que el jefe de informáticos. Y una buena parte de su trabajo es demostrar quién manda, y manda él. Así que está realmente en su salsa cuando grita:

- ¿Y qué fue lo que no entendió tu empresa cuando dijimos que el día cuatro tenían que estar programadas y en condiciones de funcionar?

O cuando grita:

- ¿Es que no hacéis una previsión de trabajo? ¿Te suena la palabra "ca-len-da-rio"?

Como se ve, Paco puede ser cruel. También puede rozar lo políticamente incorrecto, como demuestra con un:

- No, espera, te has acogido al plan "Ayuda a un minusválido" y ahora tienes a un montón de retrasados trabajando en nuestro proyecto.

Yo lo siento por el jefe de informáticos porque no tiene la culpa de nada, ¿qué puede hacer él si sus informáticos no trabajan?, pero es menos jefe y ahora toca recibir. A veces pasa.

Paco culmina su actuación con un memorable:

- Este será el último proyecto en el que contemos con vuestros servicios.

"Touché", murmura Julio. Paco se sienta y pone su cara de serio. Es un tío feo, y su cara de serio dice: muerdo. Acabas acostumbrándote, pero la primera vez que lo ves impresiona.

El jefe de informáticos no levanta la vista de la punta de su bolígrafo, que descansa en la mesa. Los tres trabajadores que le acompañan escriben, no sé muy bien el qué, pero escriben sin parar. Y Julio y yo, bueno, estamos del lado de Paco, del de los vencedores, así que solo tenemos que esperar. Hace un día espléndido, la pelota está en su tejado y la sala está en silencio: ¿qué más se puede pedir?
 
Creative Commons License
Podría pasarte a ti by Ricardo Campoverde is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.